ALICE (Automaton Learning Interaction Cognitive and Emotional) es un sistema de inteligencia artificial aplicada a la salud mental.
Basada en la tecnología, desarrollada por NEXUS, EPCPD (Estadística de Patrones Cognitivos mediante Porcentaje Digital), diseñada para analizar y responder a las emociones y cognición de los usuarios en tiempo real y diseñada para dar conversaciones y terapias informales.


Nuestro grupo pretende abordar una herramienta para ayudar a paliar la crisis de salud mental que estamos viviendo en los últimos años de una forma alternativa de bajo coste.
Por eso, presentamos ALICE, una herramienta que utiliza la IA aplicada a la salud mental.
ALICE
Público de ALICE
Personas que sufren ansiedad, depresión o estrés, ofreciendo acompañamiento emocional y conversación adaptativa.
Centros educativos, para ofrecer apoyo emocional a estudiantes.
Empresas, como herramienta para el bienestar mental de empleados o nutrición tecnológica, desarrollo de chatbots o NPC, etc.
Profesionales de la salud mental, como herramienta de apoyo, análisis cognitivo y supervisión para sus pacientes fuera de la consulta.
Centros de investigación o universidades que deseen utilizar o investigar la tecnología EPCPD, recabar análisis estadísticos o utilizar ALICE como estudio de salud digital.


¿Cómo funciona?
ALICE funciona con la tecnología EPCPD, que está conformada a través de un conjunto de conexiones neuronales entre otros factores, también hechas por NEXUS.
Cada acción recibida es “desglosada" para ser procesada.
Posteriormente, ALICE genera una respuesta adaptada y actualiza del estado del usuario y el suyo propio para adecuar la interacción en base a la conversación.
Todo esto se hace con un consumo computacional mínimo y aprendizaje continuo, combinando una experiencia fluida y personalizada con una IA accesible y sostenible.
Si desea saber más detalles, vaya a la pestaña "Tecnología EPCPD". Ahí encontrará más curiosidades sobre nuestra invención.


¿Por qué sabemos que es posible?
El funcionamiento de ALICE se encuentra respaldado en el efecto ELIZA, un fenómeno psicológico según el cual las personas tienden a atribuir comprensión, empatía y cercanía emocional a sistemas informáticos que les responden de forma conversacional, aunque sepan que son máquinas.
El efecto ELIZA surgió en 1966 con el programa ELIZA, creado por Joseph Weizenbaum en el MIT.
Actualmente, este efecto ha vuelto a cobrar relevancia gracias al auge de la inteligencia artificial. ChatGPT o Deepsek son claros ejemplos.

